viernes, 28 de marzo de 2008

Momentos

De todas las tardes que los cantantes pueden pasar, entre la mirada atónita de los escuchas, esperando el momento adecuado para vaciar su emoción en un estruendoso y bien intencionado aplauso, ellos al parecer, saben lo que esperan. Por otro lado, quienes sentados en su silla de plástico esperan el momento para vibrar de emoción, creo no tienen el guión de lo que sucederá. Este domingo de resurrección, el clima estaba de vacaciones. El ocio que nos proporciona nuestro sistema gracias al fervor católico, se extiende como una agradable cobija que nos toca a todos. Día de vacaciones, día de afluencia al parque, a pasar el rato, a comprar brebajes caseros para hacer pompas de jabón con la que decenas de niños se divertirán. Nada más evidente que la devaluación del trabajo artesanal y sobre todo de la idea de que la ganancia se deberá sacrificar en favor de grandes volúmenes de ventas. Un "tarugo", desde un tercio de él se enreda un alambre forrado de estambre rojo (cuya función supongo que será retener una mayor cantidad de jabonadura para hacer pompas más grandes), al final hace un círculo perfecto para poder remojar en el recipiente de plástico con la fórmula para hacer las pompas que harán las sonrisas de los pequeños: a sólo 10 pesos. El éxito del invento es rotundo, todos los niños querían uno de esos. Además estaba vendiendo en el corazón del parque, sin que nadie lo molestara (me refiero a reglamentos para vendedores ambulantes, puesto semifijos o como se llame eso que hace el gobierno municipal para "establecer un orden" en el comercio).

Los momentos fueron varios, las emociones se desencadenaron en diferentes matices y duraciones. Los cantantes se lucieron y tuve la impresión genuina de estar en el momento adecuado en el lugar adecuado donde están sucediendo las cosas. A la menor insinuación de una cumbia el respetable público bailó. Las mujeres toman la iniciativa y sin el menor rubor brincan a la pista de baile, en lo que se convierte el pie del kiosko central del Parque de la Colonia Obrera.

Continuará....

miércoles, 19 de marzo de 2008

martes, 18 de marzo de 2008

viernes, 14 de marzo de 2008

lunes, 10 de marzo de 2008

En la Obrera

El mismo nombre del Parque puede ser el envase en el que se presenta un Parque que mantiene un abismo con el citado anteriormente como Parque Revolución. En este, los limpiacarros son dueños de las aceras, manotean y gritan, limpian con una mano y con la otra sostienen un cigarro. Un "gringo viejo" también lejano de los que pasean en la calle primera con una calca del Papas en las nalgas, balbucea españos y el resto del grupo le da carrilla y le replican en inglés. Ellos son la bienvenida al Parque, hay que cruzar esta muralla que te pide le des chance de lavar tu carro. Su presencia es de por sí insistente, provocadora. En los interiores, el panorama es lejano de la pulcritud reconocida, de la estéteica del parque, aquí se ve que este espacio intenta ser apropiado por quienes vienen a él: los graffittis en el kiosko, no se reconocen signos legibles. Los vendedores en los alrededores del corazón del parque; ofrecen paletas, rielitos, fritangas, aguas, algodondes, coca colas y fantas, agua embotellada... aquí también hay cantantes, aquí está "la otra" asociación, la de cantantes e interpretes de Ensenada, dirigida por el señor Rafael Partida quien se reune con sus asociados cada miércoles en algún salón del PRI. Partida con su asociación se reunen en el PRI. Aqui los arriates no sostienen letreros de "Prohibido pisar el césped", aqui no hay nada, ni pasto. Los pasos de los visitantes llegan sin límte a cualquier rincón de estes espacio. Las familias se acuestan y retozan en el poco zacate que hay. Los letreros, si alguna vez prihibieron algo, ya no se lee que era....